PROVINCIALES
10 de agosto de 2025
Madereros operan a menos del 50% de su capacidad y crean comité de crisis

La FAIMA conformó un espacio de monitoreo de la cadena foresto-industrial en recesión. Una maderera frenó su actividad en Virasoro.
En la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) se mantienen en alerta tras un duro primer semestre del año en el mercado interno ante la baja del consumo y altos costos, que derivó en una drástica reducción de la capacidad de las industrias madereras en el país, con una caída de más de un 50%. La crisis está llevando al endeudamiento de las empresas, cierre de establecimientos y la pérdida de empleos.
Frente al panorama negativo para la actividad, decidieron crear un comité de crisis para la foresto-industria, una medida drástica que evidencia la profunda recesión que golpea a este sector vital para las economías regionales.
Pequeñas y medianas empresas (pymes) de todo el país se enfrentan a una grave crisis por los altos costos, restricciones de financiamiento y una caída abrupta del consumo, que amenaza con desmantelar una de las principales cadenas productivas de la Argentina, de la que dependen miles de familias y pequeños y medianos emprendedores.
El 30 de julio pasado, en reunión de la Comisión Directiva de Faima, se dio un consenso unánime para dar el paso a formalizar la creación de este comité de crisis. Su objetivo es articular una respuesta coordinada con las 28 cámaras empresarias que representan a la industria a nivel nacional, abarcando desde las provincias con mayor actividad forestal en todo el país, como Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Formosa, hasta otras con menor presencia del sector, pero significativas para la economía local como Salta, Tucumán y Tierra del Fuego.
IMPACTO LOCAL
Por ejemplo, en Corrientes, es el caso de la Forestadora Tapebicuá SA, una de las principales industrias de Virasoro, que anunció la paralización total de su producción por 30 días, medida que afecta de manera directa a 520 operarios y agrava la incertidumbre laboral en la región.
La decisión, que comenzó a regir desde el último viernes 8 de agosto, responde a una crisis financiera que la firma arrastra desde hace meses y que ya había puesto en riesgo la continuidad de sus operaciones. Según trascendió, la empresa mantiene salarios de julio y el medio aguinaldo sin pagar, y enfrenta un embargo judicial sobre una de sus cuentas, impulsado por el Sindicato de Trabajadores de la Madera, que reclama una deuda de 170 millones de pesos.
"No es fácil decirlo, pero hay cierre de aserraderos. También empresas como Forestadora Tapebicuá atraviesan un momento muy complicado con suspensiones y pagos de personal en cuotas. En el Norte del país, algunos aserraderos han suspendido turnos o enfrentan serios problemas para sostener la actividad", explicó Ricardo García, miembro del comité de crisis de Faima.
La raíz del problema, según el directivo, es la compresión de márgenes: "Los precios de venta están muy bajos, pero los costos no ceden. La materia prima, la energía, el gas, el combustible y los salarios han sufrido aumentos. Esto hace cuesta arriba mantener la industria funcionando sin margen de ganancia. Esta es la realidad con la que convivimos", expresó. S
Fuente: www.nortecorrientes.com